Lo que fuera
daría por una palabra que abra un mundo a este mundo. Cada minuto, cada hora,
cada luz del día no responde si no lo escribes. Es como si no pasara, se
escurre y no vuelve más o vuelve sin permiso y con la forma de pelota, no de
circulo. El circulo es la forma de la vida. La bola, la pelota es cada gota del
momento que resbala, rueda y a veces salta y puede hasta rebotar. Es el rebote
cuando me cercioro de una realidad y se escapa. Esculpir es lo que hago. Ver y
tocar la palabra cuando no asisto más que a su desmoronamiento y las vísceras
van con ello. Por fuerza llamar no es pedir y gritar es hundirse en el magma de
los propios pensamientos. Sales inquieta y endeble por las horas pasadas sin
poder imaginar una vida mejor, una llama viva.