lunes, 18 de noviembre de 2013

Hubo una crecida en mi memoria



Hubo una crecida en mi memoria
de pronto irrumpió un cristal de olas
que inundó un segundo de luz hasta romper
las nubes que llovieron deseos deshechos
 y ahora realizo en este punto.

Ya pasó dejando la estela,
ilumina incomprensiones y sinrazones.

Dura la crecida, se desborda
halla resuelta, y sin consultar a nadie, un camino
hay una crecida en mi memoria.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Al sur del sur



Rodando un camino a la luna
para llegar antes de que amanezca
al primer sonido, al primer viento
sur, al sur del sur
me llevo los ángeles recortados
de una postal de invierno y subo al árbol
cuando nieva, rompo el hielo con la costra
de una sonrisa, a lo lejos veo llegar la brisa
ya se acerca, un suspiro se extiende sobre la tierra.

domingo, 10 de noviembre de 2013

A través de la noche



No puedo ver a través de la noche las llamas de un amanecer tedioso y oscuro. La liebre corre entre la hierba con las orejas como estandartes de jinetes orientales y mi perra da carreras en círculos sin verla, pero tocándola por donde ha pasado. La una por un lado y la otra justo en dirección contraria. Mejor así, pues de la comunicación de estas dos, habría surgido un festín. Sigo por el camino con ánimo de pisar firme, que no se mueva demasiado el suelo. Mi perra hace su cruzada en paralelo, fuera del camino, siempre adelante, siempre por delante: es una líder y yo, la manada.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Sibiu. De cómo mira una ciudad






            De los tejados amplios y de pendientes espectaculares resbalan párpados de ojos grandes, el iris se abre a través de un ventanuco de siglos mirando la ciudad. Sus tejas de un rojo brillante unas y otras revestidas de musgo forran las calles cuando te elevas sobre ellas en las escaleras que abren el barrio antiguo a un laberinto. La noche los cierra y sorprende a la mañana su vigilancia atenta al trasiego urbano. A la que me percato, una mezcla de inquietud y perplejidad me arrolla, acostumbrada a mirar ciudades y no a ser mirada por ellas. La misma inquietud que atenaza el observar por primera vez las casas semienterradas en el campo, camufladas a fin de eludir las invasiones continuas sufridas por este pueblo. Estos ojos miran escondiendo que lo son. De ahí el susto cuando los descubres. Ojos y bocas según la cantidad y disposición de las buhardillas. Son auténticas caras. Sibiu te mira.

Inmersa en el pasado con sorpresa mientras deambulo por sus calles antiguas. Al cabo del paseo, y ya en Brasov, entramos en un café-teatro de nombre  infame y ambiente artístico maravilloso. Recostada en un sillón de cuero, en una mano el “lapte mateado” y en la otra el cigarrillo, escucho a Cesárea Évora. De pronto, me viene el presente a la memoria y mi mujer sonríe.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Por encima de todo



Por encima de todo
por lo que más quieras
por si tal vez hubiera otro modo
de decir, sin más
las cosas que pasan
los hechos que enhebran la realidad
¿Cuál? la misma, las mismas
que pudieron no tener consecuencias
para ti o para mi
y si la tienen con el viento a favor
o si la tienen con el viento en contra,
haremos algo que sirva a un destino
uno común o uno individual
¿No será así?¿Sin una palabra, sin un gesto?
Tal vez habrá otro modo.