La mañana cubre su rostro
al despertar lleno de silencio
como una tormenta adormecida
entra la luz por la ventana
oro líquido deshecho entre clamores
la noche vencida bosteza
remembranzas lejanas desleídas entre las sombras.
El puntero del mediodía engarza
la tela estampada de colores brillantes
chillan antes que el letargo del atardecer
comience en un albor el sueño.
Bello el poema publicado aquí. Un abrazo.
ResponderEliminarBello el poema publicado aquí. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Carlos E.Castaneda por tu visita.
ResponderEliminarEs como hacer de la mañana un caos primigenio, portadora de toda posibilidad, de todo desdoblamiento. Un beso :)
ResponderEliminarQué bonita descripción Iosune, gracias.Un abrazo.
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