La música llena un imposible
vacío que la luna trenza a través de la luz para convertirse en candelabro, el
amanecer bordará sobre él letras doradas, perlas de cal hasta mustiarse el día
en un sonido sordo y vibrante, espejo y sonrisa de gato. Para cruzar las
azoteas andando hasta el infinito que marque cada pretil, cada antena, cada
cornisa...
Bonito...
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Bluemīnda. Una belleza de blog el tuyo.
ResponderEliminarUn beso!