domingo, 10 de noviembre de 2013

A través de la noche



No puedo ver a través de la noche las llamas de un amanecer tedioso y oscuro. La liebre corre entre la hierba con las orejas como estandartes de jinetes orientales y mi perra da carreras en círculos sin verla, pero tocándola por donde ha pasado. La una por un lado y la otra justo en dirección contraria. Mejor así, pues de la comunicación de estas dos, habría surgido un festín. Sigo por el camino con ánimo de pisar firme, que no se mueva demasiado el suelo. Mi perra hace su cruzada en paralelo, fuera del camino, siempre adelante, siempre por delante: es una líder y yo, la manada.

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